Durante años, he escuchado historias y siempre encuentro el mismo punto en común: el deseo de entenderse mejor y de vivir con más calma y coherencia. Acompañar esos procesos es, para mí, un privilegio y una responsabilidad que nace de una vocación muy clara: ayudar a descifrar los códigos internos que condicionan nuestras vivencias para abrir nuevas miradas posibles, más amables y más sostenibles emcionalmente.

Mi camino profesional comenzó en el ámbito de la Sociología, donde aprendí a mirar el mundo con una perspectiva amplia, sensible al contexto y a los vínculos que nos atraviesan. Después llegó la Psicología, y con ella el deseo de comprender más profundamente la mente, las emociones y todo lo que nos sucede por dentro cuando el mundo exterior (o interior) se tambalea.

Me especialicé como Psicóloga General Sanitaria y, desde entonces, no he dejado de formarme. Me interesa especialmente el trabajo con el trauma y las heridas invisibles que dejan huella. Por eso, me formé en reprocesamiento del trauma con el Instituto Aleces, y en Terapia Sistémica y Familiar, porque creo firmemente en el poder de las relaciones para sanar o dañar y en la importancia de entender nuestra historia dentro de un sistema más grande.

También he profundizado en temas como la mediación terapéutica en separaciones conflictivas y la psicopatología clínica con enfoque comunitario, porque sé que la salud mental no es solo un asunto individual: también es social, vincular y estructural.

¿Dónde he trabajado?

He tenido la suerte de acompañar a personas en distintos momentos de su vida: desde procesos individuales de ansiedad, duelo o autoestima, hasta terapias de pareja y familia en momentos complejos.

He trabajado tanto en el ámbito privado como en centros subvencionados, colaborando en proyectos de atención a familias y apoyo en la crianza desde una mirada terapéutica e integradora. Esta experiencia me ha enseñado que cada persona necesita algo distinto, y que la clave está en escuchar sin juicio, acompañar sin invadir y ofrecer herramientas reales para el cambio.

Hoy sigo aprendiendo cada día, porque cada persona que llega a consulta trae una historia única. Si estás leyendo esto y te planteas iniciar un proceso terapéutico, quiero que sepas que no tienes que hacerlo solo/a. Estoy aquí para caminar a tu lado, con respeto, compromiso y confianza.